No debemos olvidar que nuestras mascotas se rigen por un código de comunicación propio, que es distinto al nuestro. De la misma manera que dos personas de poblaciones distintas tienen, no sólo un idioma distinto, si no unas costumbres y forma de vida completamente diferentes, hasta tal punto, que lo que en unos lugares es un halago, en otros es una ofensa, saber interpretar qué nos están diciendo nuestras mascotas y, a su vez, qué les estamos transmitiendo nosotros, se convierte en una pieza fundamental en nuestra vida cotidiana. Entender esto nos va ahorrar muchos problemas, no piense que es usted la única persona que tiene problemas con la comida de su mascota, o con el sofá que hay en casa y del cual no lo puede bajar, etc. |